PREPARANDO EL BULIN (LEVANTE LAS TAPITAS DE GASEOSA)

Su cita ha traspuesto la puerta de su casa y lo mejor está por venir, en apariencia.
Se dice “en apariencia” porque, según lo que encuentre, puede trasponer la puerta, pero hacia afuera, en búsqueda de un taxi. Incluso salir al balcón y pedir auxilio.
Recuerde que su vivienda es casi una presentación de sí mismo, que por tanto debe cuidar.
Si habita un ph reciclado, ya tiene buena parte de la partida ganada. Pensará que es un alma bohemia con dotes artísticas, aunque no sea dotado para nada.
Si ocupa un loft, relájese, ya que el 90 por ciento de las mujeres son fácilmente impresionables ante este tipo de viviendas, y casi ingresan desnudas a ellas. Igual apúrese, porque pueden volverse demodé, y entonces sólo parecerá un galpón sucio, al que ella no querrá entrar.
En caso de compartir techo con su tía abuela, deberá remarla como cualquier hijo de vecino, no sólo con la chica, sino con la tía abuela, para que no escuche nada y empiece a golpear la puerta de su cuarto.
De tratarse de una cena romántica, procure no llenar la casa de humo por cocinar dos huevos fritos, con la intención de mostrarle habilidades culinarias. Parecerá una cena en Londres.
Una buena comida debe estar siempre regada por buen vino. Trate de regarla medidamente, para que no se esparza sobre el mantel y el piso.
El siguiente es un minucioso listado de lo que debe y lo que no debe encontrar su cita cuando ingrese a sus dominios:

Lo que no debe encontrar:

-Tapitas de gaseosas y fragmentos de pizza en el piso. Nada menos placentero que ir de la cama al baño descalzo y pisar recuerdos gastronómicos de meses anteriores.

-Botines y medias en inmediaciones de la cama. Ella no tiene por qué olfatear los elementos con los que jugó sus últimos 12 partidos.

-Revista de crucigramas sobre el inodoro. Lo imaginará sentado haciendo sus cosas y pensando el apócope de “mamá”, lo que claramente no es una imagen hot.

-Fotos de ex novias o de la madre. Es el anti clímax total la imagen de anteriores parejas o de la potencial suegra, sonriendo desde la mesita de luz.

-Piyama o bata. No los saqué del placard bajo ningún motivo, salvo que sea, justamente, un piyama-party. Si no, parecerá Humphrey Bogart, pero por lo viejo.

-Videos o DVDs condicionados. Su cita no tiene por qué saber lo que hace en sus momentos libres. Cuando vea el título “La isla anal III” sospechará que no es una película de Francois Truffaut.

-Sábanas y toallas de albergue transitorio. Totalmente out. Sería como hacer el amor con una multitud. También descarte esos peines y jaboncitos mínimos y ultraberretas.

Lo que debe encontrar:

-Jabón y toalla. Elementos imprescindibles que suelen escasear en los apartamentos de solteros. Si no tiene toallas, al menos coloque repasadores.

-Libros. Es interesante que vea libros, así pensará que lee algo más que los carteles de publicidad. Puede comprar por docena en las ferias, a 1 peso, con un breve resúmen por si hace preguntas molestas. Advertencia: evite libros de autoayuda como éste (¡¡Especialmente si está abierto en esta página!!).

-Recuerdos de lugares exóticos. Parecerá un viajero intrépido, que no se amilana ante climas y geografías exigentes. Descarte un gauchito de las pampas o una piedra de Punta Mogotes.

-Afiches de obras de teatro o películas en francés o ruso. Otorgan un aura cultural. No cuelgue posters de Terminator o de chica de gomería, con dos contundentes ídem.

-Caja de condones. Le serán útiles y además será tomado como un hombre precavido. No se recomienda una caja tipo familiar. Generará expectativas que no serán cumplidas.

-Barcito con bebidas espirituosas. Ideal para generar clímax pre bifes. Trate de no mezclar demasiado, para no terminar ambos sobre el inodoro en lugar de sobre la cama.

-Trofeo de alguna competencia deportiva. Funciona como potente afrodisíaco. Puede ser una copa de fútbol, judo o incluso ludo, categoría libre. Después del sexo podrá detallarle sus victorias.

-Sahumerios. Colaboran en la generación de un ambiente apropiado y en relajar dos cuerpos nerviosos (en realidad, sólo el suyo). También sirven para disipar aromas propios de excursiones inoportunas al toilette.